De sobra son conocidas las excentricidades de las celebrities, que muchas veces no tienen ningún reparo en pedir las mayores extravagancias que se les ocurren. Las de Kanye West y su mujer Kim Kardashian han sido de lo más polémicas. La última del rapero ha sido colocar en su camerino un dispensador de whisky y vodka granizados para su gira canadiense.
El artista tiene especial afición por el whisky Hennessy mezclado con coca-cola. Tanto le gusta la bebida que se ha asegurado de tenerlo siempre fresco en su camerino, para poder pegarle un buen trago antes de salir a actuar. Para ello, no ha tenido otra idea que buscarse una maquina de granizado en la que tener siempre frío su whisky.
Kim no podría ser menos. La mujer de West prefiere en cambio el vodka con limón. Así que se ha hecho con el mismo artilugio. Un capricho que seguro que acompañara al músico en sus próximas actuaciones, pues ha descubierto la manera de asegurarse que no le falta su bebida favorita.