A los 19 años supera de largo en su palmarés las gestas que Djokovic o Federer lograron a su misma edad. Solo Nadal lo tenía mejor, con 11 títulos, entre ellos Roland Garros y dos Masters 1.000 (Montecarlo y Roma), y su primera Copa Davis, al acabar la temporada.
Carlos Alcaraz ha dado un salto de calidad en su carrera y se ha instalado entre los mejores del mundo. El tenista de El Palmar, disfruta del éxito acompañado de su equipo y de su familia. Es lo que más valora. Y, entre su gente, su entrenador, Juan Carlos Ferrero, que le ha cambiado la vida y de quien se deshace en halagos.
Tras ponerse en manos de Ferrero en 2018, el joven tenista se mudó en 2019 a la Academia Equelite que tiene su entrenador en la localidad alicantina de Villena, que cuenta con 20 pistas de tenis, además de piscina, gimnasio, jardines para pasear... e incluso un colegio.
Con todo este equipamiento, no podía faltar un restaurante y, sobre todo, lo que la academia llama "hotel rural", unas rústicas casas prefabricadas donde alojarse y dormir. Un lugar a 30 minutos de la playa y de 120.000 metros cuadrados en el que están y han estado promesas y figuras del tenis como Nicolás Almagro y Guillermo García-López.
El joven tenista empezó viviendo en una de esas casas prefabricadas de 25 metros cuadrados, donde pasó el confinamiento por la pandemia del coronavirus. Pero justo antes de participar en Indian Wells, Alcaraz se mudó a una vivienda más grande, de 90 metros cuadrados, que era el hogar del propio Juan Carlos Ferrero cuando se convirtió en número uno del mundo en 2003.