La modelo Cara Delevingne ya ha contado en más de una ocasión sus problemas con la depresión y cómo desde muy joven mantiene una relación muy estrecha con la enfermedad. Ahora, la modelo se ha abierto en canal para la revista Esquire, donde ha hecho su confesión más íntima.
Cara ha relatado a la revista cómo fueron sus comienzos con la depresión, qué le llevó a ello y, lo que ha dejado más sorprendidos a sus seguidores, sus deseos de morir y sus ideas suicidas de aquella época ya superada.
La raíz de sus problemas se encontraban en la situación de su madre, una mujer enferma, hospitalizada y adicta a la heroína. Una ausencia maternal que, desde muy joven, le provocó grandes inestabilidades emocionales. Con tan sólo ocho años, la ahora triunfadora modelo, echaba tanto de menos a su madre que comenzó una huelga de hambre para que le dijeran dónde estaba. Una situación que le llevaría a caer en la depresión con dieciséis años. Hasta entonces Cara había reprimido, como iba pudiendo, sus sentimientos, pero en la presión de la adolescencia con el instituto, las hormonas, etc., acabó rompiéndose.
Recuerda la actriz una época en la que se odiaba a sí misma y sólo quería quitarse la vida. Un sentimiento de odio que le llevaba a golpearse la cabeza con todos los objetos que encontrara a su paso. "No quería existir más. Quería que cada molécula de mi cuerpo se desintegrara. Quería morir", ha confesado Delevingne en la entrevista.
Una época que, afortunadamente, la modelo ha podido superar. Después de dos años de tratamiento médico y otros cuántos de descontrol, Cara ha encontrado en el trabajo su vía de escape. No se muerde la lengua a la hora de decir que el mundo de la moda no le interesa, que es un sector vacío, interesado sólo por la apariencia y que para ella es sólo trabajo. Pero tampoco niega que es el trabajo el que le da la tranquilidad para sobrellevar la depresión y no caer en un círculo de autodestrucción.