Iker Casillas siempre será recordado como uno de los mejores porteros de la historia del fútbol. El español triunfó en el Real Madrid y con la selección española, llegando a levantar el primer Mundial del país con el brazalete de capitán.
Fue un ejemplo para todos los niños que soñaban con ser porteros. Algunos cumplieron su próposito e incluso se enfrentaron contra él en un terreno de juego. Otros se quedaron en el camino, pero admiraban por igual a Casillas.
Es el caso de Álvaro Peral, nacido en Albacete hace 27 años. Fue canterano del Atlético de Madrid, llegando a hacer incluso una pretemporada con Simeone, pero la mala fe de su representante le dejó "al borde del abismo".
Se planteó incluso quitarse la vida en sus momentos más delicados, pero al final siempre mantuvo la fe (en parte) gracias a su ídolo. Ahora milita en el Penya Encarnada, de la Primera División de Andorra, y luce un tatuaje enorme de la famosa parada de Casillas al Bayer Leverkusen.
"Justo el momento en el que decidí ser portero pero, sobre todo, por quién. Él me enseñó todo", explicó Álvaro Peral. El propio Casillas no dudó en compartirlo en sus redes sociales al enterarse y le ha deseado mucha suerte en su vida.